AQUELLA PERSONA.
La tarde caía lentamente por occidente,
el sol, se asomaba por oriente,
el poeta, aún no alimentaba sus sueños,
pensaba en quienes mueren vacíos, sin alma.
El poeta sembraba la mañana
con palabras llenas de encantos, dulces,
a veces sin rima,pero se atrevía a tanto...
su voz era fuerte, tenía encanto.
Utilizaba un lenguaje muy particular,
copiaba el pensamiento de los incautos,
robaba los laureles de las sienes no coronadas,
se decía experto y en verdad
tan sólo engañaba a la verdad con frases echas.
Escribía por amor, vivía con intensidad
los días más oscuros, pero nada detenía su pluma,
convertía en luz la sombra eterna.
Se pasaba el tiempo llenando sus historias
con el oro de quienes no pedían nada,
escondia los sueños de otras mentes
y siempre le salía, poemas elocuentes.
Hasta que un día, la verdad dijo su palabra
y otro poeta le tendió la mano,
a quien le robaba cada caricia intensa,
le ayudó a levantarse una vez más...
Aquella persona vacía, no dijo gracias,
ocultó su vergüenza en el anonimato,
escondió su falso talento en la nada
y dejó el vacío en su mente afiebrada.
Etiquetas: Poesía.
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